Nahuel, hijo de madre soltera, por entonces de 20 años. A los 5 años era un niño hiperactivo y violento, no hablaba, lloraba, tiraba objetos y salía corriendo; obviamente en este estado no podía convivir en su Jardín de Infantes con otros niños, y era constantemente excluido. La Familia lo consideraba un "Pequeño Demonio”. No escuchaba a nadie, ni a su madre, y sólo balbuceaba, no armaba frases en su comunicación verbal.
Con las técnicas de la Fundación Nahuel pudo empezar a recuperar su “Yo” (antes tan dañado) y actualmente escucha, habla correctamente y ha comenzado a armar frases que conectadas como lo hace demuestran un razonamiento lógico simbólico de una importante inteligencia y ternura. Hasta es especialmente educado cuando está en sesión terapéutica haciendo un trabajo. Dice “lo siento” cuando se le cae algo al piso, y “muchas gracias” cuando le alcanzamos, un lápiz o una témpera o una tiza.