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  • Foto del escritorFundación Ética PyT

Arielito parte 3. Testimonio de su madre

UN PULSO NUEVO EN EL MARCO DE LA PANDEMIA COVID-19.


ARIELITO comenzó con ''ataques de ira, enojo, angustia'' que con el pasar de los meses se iban incrementando. Desde agosto comenzó su terapia, estaba ''fuera del marco'', consulté con Grace (directora de Abracadat, institución que atiende niños con dificultades psicológicas intensas), quien muy atentamente recomendó la Fundación y otorgó una beca para poder comenzar el tratamiento, donde Edith muy amablemente me atendió, a mí primero en sesiones intensas, y luego con sesiones virtuales a ARIELITO.


Fueron comienzos difíciles, había muchas crisis seguidas, el marco familiar estaba 'desequilibrado' me recomendaron consultar con psiquiatras infantiles, o mismo medicarlo a lo que yo como madre opte por confiar en la terapia y dejar a un costado esas alternativas.

Trabajamos en conjunto para guiarlo y acompañarlo. El padre a fines de septiembre comenzó a tener un régimen de visitas en el cual favoreció a ARIELITO, ya que su mascota ''Marshall'' lo inspira a conocer y le despierta el deseo de estar con animales.


Con las sesiones una vez por semana fuimos organizando un -círculo virtuoso- para que permanezca motivado. Además, ''en el marco'', marcamos diferentes puntos y pusimos pautas para el día a día:

- Contacto con animales (ya sea ir a lugares donde haya mascotas), llevarlo a la sala de ensayo a hacer música, encuentros con amigos, paseos al aire libre, caminatas, ir al río, frecuentar plazas, que también por la pandemia durante 7 meses no había podido ser posible. - Reducir la tecnología. Fue difícil pero poco a poco fuimos poniendo horarios y días. Cambiamos de lugar su cama, sacamos la televisión de la habitación. Por la noche se prende la lámpara de sal o el velador. - Tener a mano siempre, hojas y lápices, así como juegos de mesa. - Entender el NO TODO - Invitarlo a ayudar en las tareas cotidianas para no sentirse excluido ya sea cocinar u ordenar.


De a poco, hablando con mi madre (abuela de ARIELITO) combinamos que en estos tiempos vengan a compartir más momentos con él.


A ARIELITO solía ponerse colorada la oreja, era señal que se venía una crisis, puede interpretarlo así y antes de que ''salga del marco'' ya estar actuando en acompañarlo, signo que él mismo interpretó diciendo '' mama se me pone caliente la oreja y me pongo mal''.

Solía alterarse ante cualquier dificultad, sentir vergüenza y enojarse. Se ofuscaba rápido, no tenía tolerancia, no lo divertía jugar.

Retomamos historias y cuentos que creamos juntos.

Las crisis fueron reduciendo. Así, el día de hoy, después de tres meses de ''terapia intensiva'' las mismas son esporádicas, más ''suaves''.


Aprendí como madre a interpretar sus miradas, sus deseos y así acompañarlo.

Yo me comprometí a abonar mis sesiones y atenderme a la par de él. Confíe ciegamente en el padre y su responsabilidad cuando lo retira de mi domicilio hasta que regresa, teniendo contacto ya sea por mensaje o llamándolo para no perder la continuidad.

Pude observar en salidas a la plaza con sus pares, que en otro momento no se movía de mi lado, y en estas dos visitas al parque él libremente se puso a jugar con otros niños y ser autor.


Se expresa mejor, no tiene tantas trabas al hablar, aunque el padre me alertó que en su casa tartamudea.


Si bien fueron muchos cambios, para la salud de ARIELITO y su alrededor, aún necesita continuar sus sesiones para poder seguir avanzando positivamente.


Agradezco la paciencia, y la dedicación.


Co -Fundadora y Directora Clínica de La Fundación Ética Prevención y Tratamiento de la Violencia Infanto-juvenil y Familiar.

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